Hace
poco me vine a dar cuenta que lo más importante que espero de un hombre que esté a mi
lado es que, como condición, debe tener más huevas que yo.
Pueda
que sea un pensamiento machista, pero qué pereza que en una relación sea uno la
que siempre tome las decisiones, la que lleva la batuta y el otro se deje
llevar… Y eso, si se deja.
Sí.
Aún existimos mujeres que nos encanta que seamos tratadas como princesas. Así
seamos princesas guerreras, pero al fin y al cabo princesas.
Así
que en medio del exceso de feminismo, de ese “Yo puedo sola”, “no necesito de
nada ni de nadie”, tenemos atrás unas ganas infinitas de ser consentidas y
tener a alguien que nos proteja.
Bueno.
Lo digo por mí. No sé ustedes. Pero yo tengo una bandera enorme de República
independiente que a veces no me permite dejar ver si llega o no alguien
maravilloso. Y sí, me gusta no depender de nadie para hacer mis cosas, pero a
veces me gusta contar con alguien para hacer locuras o compartir el aire.
Y
pensando en todo esto me pregunté por qué las mujeres atraemos hombres tan
idiotas en nuestra vida, e incluso, los dejamos estar con nosotras por un largo
tiempo. Algunas piensan que los pueden cambiar. Pero no. La noticia que ustedes
no querían escuchar es que LOS HOMBRES NO CAMBIARÁN JAMÁS. En cambio, nosotras…
TAMPOCO.
Luego,
caí en la cuenta que tal vez muchas mujeres no sabemos de marketing y no
sabemos vendernos. Nos metemos en la caja de los ‘sales’ y no en la vitrina de
temporada y pues así, justamente, es lo que nos llega: el personaje en cuestión.
Nos resultamos conformando con tan poco que nos quedamos ahí como pendejas.
Así
que pensando en la persona que quiero que me acompañe, me di cuenta que la
mujer que vale mucho, merece siempre algo mejor que ella. Y es que hay que ser
exigentes. Así que hice una lista del tipo de hombre que TODAS nos merecemos.
Si usted le quiere quitar o poner que sea a su antojo. Pero recuerde, llegará a
usted el hombre que se merece directamente proporcional al amor que se
manifieste a sí misma.
1. Que me genere mariposas en la panza, siempre: Últimamente he asesinado las que tenía a punta de alcohol y fue en defensa propia. Pero mientras dure el asunto, siempre deben estar ahí.
2.
Que tenga más pelotas que yo: Vital. Que sea seguro de él y de mí. Uno ya está
muy viejo como para andar criando culicagados que se orinan con el primer reto.
Paraditos al lado de uno y que no los tumbe un viento frío. Porque pa eso yo me
sostengo solita. (Vuelve la República independiente. Se los dije)
3.
Que sienta una profunda admiración por él: Que lo vea y me enorgullezca de su
intelecto, de su forma de ser, de hablar, de escribir, de vestir, de oler. Que
pueda mantener una conversación de actualidad sin tener que explicarle
absolutamente todo lo que pasa en el mundo. Que me enseñe cosas que yo no sepa.
Que podamos hablar de extraterrestre, inventar historias o debatir sobre la
guerra en Siria. No quiero nenés de primaria a quien tenga que arriar.
4.
Que yo esté entre sus tres prioridades: Primero él y luego yo (dependiendo del
caso e imaginando que no tiene hijos). Así en mi mundo estaré primero yo, luego
mi hijo y después él. Compartir el tiempo que nos quede después de andar triunfando por ahí en la vida. Para andar rogando tiempo no estoy.
5.
Que tenga libertad financiera: No pido un millonario (si llega no me molestaría).
Pero ya no tengo 13 años para andar con planes adolescentes. Si yo quiero ir a
cenar a un buen restaurante, me lo puedo pagar. Pero si quiero ir con él, él
podrá pagar lo de los dos y luego invito yo. Pero no quiero andar pensando si tendrá
o no para hacer planes. Igual, adoro los planes sin gastar un peso. De todito
es todo rico.
6.
No quiero ser la segunda jamás: ¡Dios me libre! Espero que jamás me llegue un
hombre casado. No quiero ser la amante de nadie. Si usted ya decidió casarse,
bien vaya donde su esposita y a mí no me joda. No quiero andar escondida entre
las piedras. Y si estoy con alguien espero que se sienta orgulloso de estar
conmigo. Que en lugar de ocultarme, alardee de mí porque se siente lleno de
admiración por la mujer que tiene al lado.
7.
Sí. Que sea guapo: No tengo anda contra los feos. Al contrario. Yo no he tenido
novios feos. He tenido novios FEOS. Así con mayúscula sostenida. Y son
geniales. Pero ya quiero uno guapo guapo. Que me den ganas siempre de estar con
él. Que lo desee terriblemente. Que lo morbosee con perversión para no dejarlo
ir nunca con ganas de nada.
8.
Que adore a mi hijo: Fundamental. (Aplica, por obvias razones, solo a madres
solteras).
9.
Que no tenga como prioridad tener hijos: Hace poco un hombre se me fue porque
yo no quería ni casarme ni tener hijos. Pero ¿qué les pasa a los hombres de hoy
en día? Sienten que los está dejando el tren a los 30 años. (Aplica, para las
que no quieren ser madres o no quieren volver a hacer el curso).
10.
Que no sea celoso: Ni sea un ‘Drama Queen’, ni llore por todo, ni se moleste
por bobadas. Que sea capaz de hablar en tono calmado y decir lo que no le
gusta, dialogarlo y resolverlo. Para pataletas tengo a mi hijo. Y ni siquiera
hace.
11.
Que sea de lavar y planchar. Sí, lo pido con estilo y clase. Pero que si hay
que dormir en un hotel cinco estrellas se comporte igual que si nos toca dormir
encima de un costal. Que me siga el juego en mis locuras y vaya conmigo de
viaje, armar planes rebuscado y que se creativo.
12.
Que sepa jugar: Que su niño interior esté activo siempre así como su humor – preferiblemente
negro-. Risas y bobadas al tope.
13.
Que sepa volar: Si no sabe volar, pierde el tiempo conmigo. (Los que disfrutan
la lectura saben a qué me refiero).
Tal
vez me sobre algo o me falte mucho. Pero ya con esas características lo pido.
Ustedes evaluarán. Pero chicas, ustedes y yo, tenemos al lado justo a los
hombres que nos merecemos porque no aspiramos a más.
Ok.
Y para terminar les dejo la perla para reírnos un poquito con un retro súper
retro. Para que vean que en los 80’s o 90’s también buscaban uno más o menos
así.